Uno de los mayores descubrimientos del año pasado fue Santiago. Le conocí en la tertulia literaria de la Universidad San Pablo, y un buen día, nos invito a los contertulios a una exposición de sus obras en la que me sentí bastante identificado como músico y me explico.
Hace ya bastante tiempo que todos aquellos que nos dedicamos a la música con intención de llegar a todos los públicos nos hemos dado cuenta de que no basta con tocar muy bien un instrumento, o cantar muy bien. Hace falta meterse en otros andurriales, como la imagen, y sobre todo la mezcla y masterización.
A todo esto, es a lo que me llevo dedicando los últimos años, y empiezas a darte cuenta de que la misma guitarra, tratada con diferentes efectos, eq’s, compresiones,… puede ser un conjunto infinito de instrumentos.
Esa misma realidad fue la que me encontré en la exposición de Santiago Martínez: una misma imagen se transforma en un universo multidimensional en el que la óptica lo es todo.
No deja de ser paradójico respecto a la realidad, pues parece que en estos tiempos, la realidad no es otra cosa que aquello que opinamos, como si la forma de ver las cosas se impusiera a lo que vemos.
También, en la poesía me encontré con él. La primera vez que quedamos le sugerí que podíamos mezclar poesía e imagen, buscando amplificar el mensaje poético. Actualmente estamos trabajando en ésta dirección. Pero, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y estando yo en el proceso nonosisista de montar la web del grupo y otras cosillas… no dejé pasar la ocasión de presentarle a Fran e involucrarle sin compasión.
Es un tipo de un talento extraordinario, sólo superado por su generosidad.
La imagen de este post, será la portada de nuestro primer trabajo del que en breve tendréis noticias.