La economía del disparate

Mural pintado en la ciudad de Prypiat con la central de Chernobil al fondo. | REUTERS
Mural pintado en la ciudad de Prypiat con la central de Chernobil al fondo. | REUTERS

La depresión actual está dejando obsoleta a  la doctrina económica clásica de los últimos 200 años. A diferencia de otras disciplinas científicas, la economía guarda una estrecha relación con la política, y por esta razón los grupos de poder conservadores no permiten que la aparición de nuevas ideas prosperen cuando aparentemente van  en contra de sus intereses.

Si la economia global prosigue bajo el mando de una conciencia individual, y no global, estamos avocados a la catástrofe y a la posterior revolución sobre la que no tendremos ningún control y que dará lugar a una nueva economía.

La paradoja es que teniendo capacidad para dirigir nuestro destino, al final perdemos ese poder por que no podemos tomar una decisión con una conciencia de especie humana.

En la economía del disparate hay dos pilares fundamentales,  el corto plazo y el  individualismo. Nadie piensa ni de lejos en la repercusiones a largo plazo de sus actos, porque estas decisiones no les afectan a ellos como individuos. Los directivos de las instituciones responden de sus actos en el corto y medio plazo  y en raras ocasiones se revisan mas allá sus actuaciones.

Sin embargo el poder del ser humano es tan grande que manejamos energías como la nuclear, cuyas consecuencias pueden extenderse por 250 millones de años, y la contaminación global tendrá sin duda consecuencias que a día de hoy no podemos ni imaginar.

Un ejemplo de esta situación es la tristemente celebre central de Chernobyl. Construida durante la guerra fría era una fuente «barata» de energía, desarrollada por el gigante de la URSS, que si bien era una indiscutible potencia mundial, la asignación de recursos a sus individuos era bastante precaria. Esa dinámica de guerra enaltecía los avances económicos y tecnológicos, y al mismo tiempo, encubría los fracasos y los riesgos.

La causa del accidente de Chernobyl fue que estaban probando un nuevo sistema de retroalimentación del reactor, que si hubiera salido bien, hubiera supuesto una relativa reducción del coste de la central nuclear. Fueron los suecos y no los soviéticos, lo que dieron la voz de alarma cuando unos días mas tarde la lluvia ácida les sobrevoló. Esta contaminación llegó al norte de Francia y de Italia, desde la misma Ucrania (los españoles y portugueses nos libramos por muy poco).

 

2 respuestas a «La economía del disparate»

  1. Muy interesante tu sitio, lo que haces, tus articulos, gracias x compartir. Exitos. En particular me gusto esta nota y me ayudo la instalacion del servidor y opencloud. Es muy cierto lo que dices y me alegra que haya gente que la ve asi. Yo conozco algo que se llama Economia de Comunión y cuyo espiritu es en esencia volver a poner al hombre en primer lugar, humanizar la economia.

    1. Conozco la economía de comunión y es una de las mayores aportaciones de la cultura católica de los últimos años, así como la iniciativa seglar de los micro-créditos. Estoy elaborando una tesis doctoral en torno a la economía simbiótica que tiene mucho que ver con esta forma de entender la economía. Gracias por tu comentario.

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